domingo, 21 de abril de 2013

DEL ARROZ AMARGO 3 AL AVION, LASER Y GPS Desde el ´37 Al ´54


ARROZ AMARGO  3  R.Beca lidera la transformación de las Marismas de la margen derecha del Guadalquivir.


En el capitulo anterior hemos analizado brevemente los primeros intentos serios de trasformación de las Marismas, sus fracaso y las causas que los provocan. 
El primer intento liderado por R. Fisher que empieza, en 1923, con su visita a las Marismas y que, tras ella, se queda para crear a finales del ´26 la empresa "Islas del Guadalquivir". Mientras, Fisher había comprado el Rincón de los Lirios, y había conseguido la opción de compra, de más de 60.000 has, de toda la Isla Mayor, las Marismas de Hinojos, de Aznalcázar y casi toda Isla Mínima.
Pero el proyecto nace con su premisa fundamental, falsa. Estas tierras no eran como las del Nilo y la idea de Fisher de transformar estas tierras para cultivos de regadío de toda índole era imposible pues su salinidad empeoraba cada vez que se regaba. El segundo fallo del proyecto es la enorme inversión inicial sin tener prevista la recuperación de capital para permitir el normal funcionamiento de la empresa.
Por otra parte su comportamiento agresivo con el medio y el menosprecio de la empresa con los intereses y la opinión de los vecinos, les lleva a los primeros enfrentamientos con ganaderos y agricultores de la Vega de la Puebla y del resto de tierras de Marismas de la margen derecha del Guadiamar por el cierre del Brazo de la Torre..   
El brutal desembolso en compra de maquinaria, la compra de terrenos y las labores de siembra habían terminado con los 20 M. de pesetas de capital social, otros veinte de la ampliación ampliación, más 10 de préstamo. ¡Y toda la siembra de otoño se había perdido con la mayor inundación de los últimos cincuenta años! Tampoco es que a Fisher le ayudara la suerte  en Febrero vuelven a inundarse nuevamente todas las Marismas  y vuelven a perderse todos los trabajos de preparación de terrenos para nuevas siembras. Estos desastres económicos más la negativa a concederles los beneficios de la Ley Cambó, provoca la especulación de las acciones y el abandono de buena parte  de los accionistas.
 El segundo intento, en 1929,  por parte de la Chispalense, (Compañía Hispalense de Valoración de Marismas, S.A.) tampoco prospera por las misma razones del anterior: excesivo endeudamiento, -al absorber todo el patrimonio y las deudas de "Islas del Guadalquivir-, y aunque ya vislumbran que el futuro estaba en el cultivo del arroz, seguían pensando que ese cultivo era sólo la transición al regadío generalizado.
Aunque sabemos que en las primeras experiencias las siembras fueron a boleo, ya que no conocían las técnicas del trasplante, que trajeron los catalanes de la Chispalense o los murcianos que habían buscado como colonos conocedores de cultivos de huerta y arroz. Pero en cualquier caso el proyecto, -aún con las prometedoras cosechas obtenidas de arroz y su incremento de superficies hasta las 1.600 has  sembradas en el ´32 y  repetidas en el ´33, que no se recogieron por problemas sociales y pecuniarios-, era inviable en aquel momento y no sólo por la inestabilidad social, -que era incontrolable-, sino por la rentabilidad económica. La producción arrocera española estaba lastrada por unos excedentes, invendibles en el interior ni en la exportación y el precio del arroz había bajado a unos niveles que hacían económicamente inviable el cultivo, pues superaba en mucho el costo de producción a su valor de venta.

En el tercer intento, en 1934, desaparecen la mayoría de los inversores y se crea una nueva empresa Ismagsa quedando al frente las dos personas, Plate y Patry, que aguantaron todas las tormentas que atravesaron las tres compañías, entrelazadas y  con una vinculación difícil de desentrañar, pero ese cambio de nombres, sí permitió el cambio de Dirección y de Estrategia en cada una de las distintas fases aunque fuera el mismo proyecto desde el ´27 hasta después del ´37, cuando toma las riendas R.Beca y Cía.
Ismagsa no tuvo la más mínima oportunidad de desarrollar alguna estrategia de transformación o colonización ya que el ambiente caótico y pre-bélico de la II República no le permite otra opción que arrendar las tierras para pastos.pero ¡por fin! los ingenieros agrónomos se dan cuenta que la  siembra continua de arroz es el único cultivo viable en esta Marisma, salada hasta el tuétano, y que el abandono de éste cultivo provoca el ascenso de la sal en pocos años, inutilizando nuevamente las tierras.Esto conocimiento y su aceptación, sirvió para que R.Beca no perdiera el tiempo y el dinero en experimentos y se dedicara de lleno al único cultivo viable en estas Marismas sin drenar.


 R.Beca lidera la transformación de las Marismas de la margen derecha del Guadalquivir.

Una vez iniciada la Guerra Civil, Ismagsa queda desmembrada con la sede en Madrid y la Gerencia en Cataluña, pierde la posesión real de los terrenos, ocupados por el ejercito de Franco, y a petición expresa de Queipo de Llano es cuando entra en escena Rafael Beca Mateos, una persona reconocida por su valía y su honradez, además, su industria de exportación de aceitunas, siempre fue solvente y valorada por los poderes económicos, de ahí que, Queipo de Llano, junto con el alcalde de Sevilla, Ramón de Carranza, -ambos con importantes intereses privados en esta zona de marismas-, solicitan su implicación total en la reactivación del cultivo del arroz en Las Marismas de la margen derecha del río Guadalquivir. 
Y aquí empieza el cuarto y definitivo intento, de 1937, de transformar las Marismas en zona arrocera que esta vez sí triunfa en base a una serie de premisas totalmente distintas a todas las anteriores.

a) R..Beca no tiene dudas sobre la utilización correcta de los terrenos y desecha cualquier otro cultivo que no sea arrozal y las tierras que no podía utilizar para arroz, por diversas razones, las destina a pastos.
b) Dedica todos los recursos económicos iniciales, de la empresa y de otras compañías que le acompañan, a un solo fin: el cultivo, elaboración y comercialización del arroz. No invierte una sola peseta en compra de terrenos, sino que va arrendando a Ismagsa las hectáreas que puede ir cultivando, empezando por llevar las tierras directamente con su equipo y más tarde va colocando algunas parcelitas a personal capacitado, hasta 1942. En estas fechas, absorbe Ismagsa, mediante la comprar de las acciones de esa compañía, y por lo tanto se hace con el control absoluto de Las Marismas de Isla mayor y Aznalcazar (excepto la Veta de la Palma, de Bemberg) y cambia la estrategia de su empresa, R. Beca y Cia. pasando de cultivador directo a inmobiliaria, una vez que el producto neto del arroz y las ventas de la tierra transformada le permitía mantener un flujo racional de tesorería.
c) Tenía toda su producción vendida a un precio 8 o 10 veces superior a los que podían conseguir los colonos de la Chispalense, - que según nos contaba Luis Yañez lo vendían por debajo de 5 céntimos kilo con tal de no entregarlo al molino que les descontarías sus créditos-.
d) Puede aprovechar toda la infraestructura anterior, desarrollada por "Isla del Guadalquivir", "Chispalense" e "Ismagsa", que aunque estaba muy deteriorada le permite ir aprovechando la parte mejor conservada para su primera fase y paulatinamente, con los beneficios, ir renovando y reformando lo mucho que anteriormente se había construido.
e) Por último es digna de admiración su capacidad de liderazgo, su racionalidad en las decisiones empresariales y su arrojo. "Hay que ser  un "tío bragao y templao" (como se diría en Isla Mayor) para coger una maleta con dos millones de pesetas, -su equivalente actual debería estar alrededor de los dos millones de euros-, atravesar en tren la España de los años de la hambre y la Francia ocupada por los nazis. Se jugaba algo más que el dinero, se jugaba la vida. Eso para un hombre bien situado económica, social y políticamente no es nada corriente ni tampoco aconsejable.

A él le asignó el destino, en esta magna obra, el papel de "insensato", según la élite económica sevillana, que  consideraba este nuevo intento como una utopía e incluso una auténtica locura. Nadie esperaba, en aquel momento, que el proyecto de R.Beca llegara a buen puerto, dada la reiterada persistencia de los acentuados fracasos extranjeros, incluso a pesar del decidido apoyo del poder político de la época. Franco visitó la zona por dos veces, para demostrar su deseo de que triunfase aquella empresa vital –para “el país y el campo andaluz”-, en aquellos momentos de desastre social y de hambruna generalizada. Su primera aparición fue en 1939 –recién terminada la guerra-, promoviendo un impulso al cultivo del arroz y su apoyo a la colonización. La segunda en el 53, para dar su espaldarazo final a este proyecto de iniciativa y capital privado, además de inaugurar la bomba de elevación de aguas sobre el Guadalquivir en el sitio denominado La Mínima, en aquel momento, la más moderna del país..


Alfonso XIII y Canal del Mármol. Año desconocido

R. Beca empezó los cultivos de arroz en las zonas ya desalinizadas y que contaban con mayor estructura realizada y operativa. Trasladó las oficinas centrales al poblado de Alfonso XIII que, en ese momento era el centro de  los terrenos a cultivar. En los años ´37 y ´38 arrendó los terrenos pegados al río desde el Rincón de los Lirios hasta el canal de desagüe que linda con las tierras de Queipo.
En el ´37 siembra las tierras cercanas al río, dependientes del riego del canal del Mármol, unas 750 has, y a partir del 38 aumenta la superficie hasta las 1.500. Aumentando y disminuyendo paulatinamente hasta llegar al año ´42 con unas 2.000 has, (según las cifras de la Cia. llegaron a 2.600) siguiendo la siembra de arroz por la linde derecha del río. Yo me quedo con la cifra de 2000 has, -de Grande Covian en el ´42-, porque mantenía la misma superficie total de siembra, pero probando distintos pagos para comprobar la feracidad de las tierras más alejadas del río, tanto en el frente de Alfonso XIII como en el de Villafranco. Los datos que maneja Matias son de diversas fuentes y bastante diferentes, pero me quedo con los de Grande Covián que no va sumando las nuevas tierras que se incorporan sino que, a su vez va restando las que va abandonando. Y ello por un razonamiento sencillo: R.Beca no quería revalorizar las tierras de Ismagsa, pues pensaba comprar las acciones al menor precio posible y  sólo después de comprarla o controlarla, lanzarse de lleno a la colonización, como hizo más tarde a partir del ´42. Por esa razón pienso que no aumentaría la superficie sembrada, -sólo las pequeñas cantidades imprescindibles por los cambios de superficie y a la misma vez comprobar que no se iba a estrellar en las tierras interiores menos regadas y menos drenadas.
Durante los primeros años, que R.Beca llevaba directamente las tierras arrendadas con su equipo de jefes, capataces y gente de confianza, traían de la zona arrocera valenciana los braceros necesarios para los trabajos de planta y recolección. Por otra parte contaría con algún experto que lo asesorara como, Ramón Ferrando, a quien encargó visitar Italia y traer de allí las semillas para la siembra del primer año. Esa es la estructura que mantuvo hasta el ´42 cuando R,Beca y Cía absorbe a Ismagsa por el control de la mayoría de las acciones y los votos de ésta. Y sólo entonces destapa su verdadera estrategia de transformación y colonización.


Molino arrocero construido por la Chispalense en 1931 y que R.Beca puso a trabajar a todo rendimiento  a partir del ´38

Pascual "el molinero" era su apodo por derecho propio y el de su padre. Ambos fueron contratados por R.Beca  para  modernizar, ampliar y aprovechar al máximo la capacidad de molienda de aquella vieja maquinaria, que tal vez recordéis que le prendieron fuego en el ´33 después que la Chispalense cortara el agua de riego a las parcela de arroz de los colonos


Este era el corazón de la fabrica de papel y pasta de celulosa que R.Beca montó para aprovechar la paja del arroz para fabricar papel de estraza y la cascarilla para generar energía eléctrica y servir de vapor a la papelera.


Durante 1942,  una vez controladas las acciones de Ismagsa, R. Beca traslada el centro neurálgico del proyecto,- como ya tenía planeado y adelantado-, más hacia el Sur de Isla Mayor a fin de acercar las viviendas, que se iban a construir por el INV, al lugar donde se iban a realizar las grandes ampliaciones . El nuevo pueblo que nació con el nombre del Puntal y en 1953, con la segunda visita de Franco, cambia su nombre a Villafranco del Guadalquivir, hoy, Isla Mayor.

Edificio multiusos del Municipio de Isla Mayor, antigua nave papelera y pasta de celulosa


Este edificio municipal destinado a todo uso, especialmente biblioteca y salón de actos, es la única obra de fábrica que quedó en pie de todo cuanto había construido en la papelera. Los terrenos ocupados por la papelera y los almiares los habíamos comprado Federico Clar y yo para realizar una urbanización digna del centro de nuestro pueblo. Empezamos por la demolición de todas las obras, menos la casa del guarda, habitada de forma fraudulenta por un individuo que tenía que haber expulsado la vendedora, pues compramos libre de cargas y gravámenes y como no lo hizo fue adquiriendo derechos, reforzado por la luz y el agua gratis que le regaló el alcalde, de aquel momento, a costa de todo el pueblo y  respetamos, esta vez por gusto nuestro, la nave donde estaba montada la fábrica de papel y de pasta de celulosa, que había sido construida por Alfredo Newman y que, como todo lo demás, estaba hecho con hormigón armado. Dejamos pues, tan solo, la nave principal del edificio, construida en 1942, como memoria futura de aquella empresa precursora de nuestra actual Isla Mayor. Siempre sostuve que era la única "Catedral" de la que podíamos presumir, de nuestras grandes obras del pasado.


Casa bombas de Mármol, actual

Cuando R. Beca reinició el cultivo del arroz mediante el arrendamiento de tierras a Ismagsa, empezó sacando del río, con la ayuda de unos buzos, las dos bombas que el río había socavado y derrumbado. Rehabilitó la casa de bombas, también destruida y reparó los canales, que aunque abandonados, no habían padecido el deterioro que las casas de bombas. Sembró unas 750 has regadas a través del canal del Mármol y eran las tierra más cercanas la río que van desde El Rincón de los Lirios a la parte posterior de Alfonso. Eran tierras ya explotadas con anterioridad en el cultivo de arroz, durante cinco o seis años,  y por lo tanto bastante desaladas por lo que la cosecha de ese año fue de más de 6.000 kg/ha, espectacular, en plena Guerra Civil, teniendo en cuenta las carencias tan brutales que tenían de semillas, abonos y maquinaria indispensable. Todo el sistema mecanizado de las anteriores empresas estaba deteriorado y los trabajos en el arrozal volvieron a los sistemas tradicionales del siglo anterior y que continuaron así a lo largo de los siguientes años, hasta los ´60 cuando ya iniciamos una modesta modernización del cultivo que ya contaremos con detalle en los próximos capítulos.

Bomba de desagüe de Jordana.
Cuando Fisher prepara la canalización de Isla Mayor, tenía previstas tres bombas de elevación del río, El Mármol, Mínima y Queipo, para regar las 13.000 has que quería transformar en riego en las primeras fases y dos bombas para desalar los lucios y las granes precipitaciones invernales que ocurrieran mientra el Guadalquivir tenía niveles muy altos. Ya tenía toda esa zona cerrada de muros para evitar las riadas y le hacían falta esas bombas para poder desaguar incluso en las peores circunstancias.
Esta que vemos en la foto, la bomba de Jordana, situado justo a la entrada del pueblo servía para sacar las aguas de la mitad norte de Isla Mayor a través del canal de Casa Riera y los otros desagües, por ellos construidos. 
La segunda, la bomba de la Ermita, situada un par de km del Puntal, en dirección sur, serviría para desaguar la zona central de Isla Mayor y especialmente los lucios de Vuelta de la Arena, El Sapillo,
Veta la Mora y Coto los Patos. Esta bomba con dos grupos elevadores de unos 2000 l/seg, cada uno, re-elevaba el agua a un distribuidor que le permitía desaguar en el Brazo de la Torre o aprovecharla para el riego ya que enlazaba con el canal de Mínima que riega Calonge y Reina Victoria. Este canal de riego, construido hasta este punto por "Islas del Guadalquivir", con sus enormes máquinas, a partir de aquí se construyó con 360 borricos, con angarillas, que portaban la tierra extraída al saca-tierras lateral y la subían al muro hasta conseguir dos muros que deben tener unos tres metros de altos, tres de coronación y seis de base.


Casa de Bombas de Queipo de Llano.

En la siguiente campaña de 1938 se aumentó la superficie en unas 900 has en la zona de Queipo, que continuaba hacia el Sur de la Isla, saltándose Isla Mínima que no pertenecía a la Chispalense ni tampoco a R.Beca que la compraría más tarde  junto con José Escobar, cuyos herederos aun la  conservan como una explotación eminentemente arrocera. Beca seguía arriesgando lo mínimo, En Queipo contaba con las infraestructuras antiguas y fue arreglando y modernizando las instalaciones existentes y sembrando sobre superficies ya desaladas, -al menos en su mayor parte-.


Segunda casa de bombas al Brazo de los Jerónimos, que se conserva y utiliza en la actualidad-


Esta es una foto actual de la segunda bomba montada sobre el Brazo de los Jerónimos para regar las nuevas tierras transformadas en Queipo y desde entonces no ha dejado de ser utilizada y que con un buen mantenimiento, se conserva en perfecto estado de funcionamiento. A partir del ´38 y hasta el ´42 la política de R.Beca fue la de continuar con el arrendamiento de las tierras de Chispalense, utilizando para arroz las zonas ya probadas y dejando para ganadería o subarriendo las partes lejanas y no conectadas a la red de canales de riego. La nueva empresa aprovechó la amplitud de los arrendamientos y de zonas de fácil ampliación a arrocera para ir probando tierras más alejadas del Guadalquivir, que guardaban en sus entrañas mayor concentración de sales, para comprobar que eran tierras útiles para arrozal unas vez que estuvieran desaladas, tras unas cuantas campañas de riego del arrozal. No existe una regla fija para calcular los años necesarios para convertir los lucios en fértiles tierras de arrozal, pero mientras una veta queda lista para producir cosechas normales en un par de años , conozco lucios que después de veinte años todavía daban muchos problemas para realizar un cultivo normal. Es más, tras cincuenta años de riegos ininterrumpidos, los antiguos lucios sufrirán mucho más que las partes altas,  en los años que aumenta la salinidad en el río, puesto que las vetas son menos salobres debido a que han tenido un drenaje natural centenario. En cambio, he notado últimamente, que esos mismos lucios que dan peor cosecha durante los años problemáticos de agua salada, en contrapartida, los años que tenemos agua de calidad excepcional  y un tiempo adecuado son capaces de dar más producción que las zonas que siempre hemos considerado como mejores.  



Núcleo del Poblado Queipo de Llano. Y totalidad de lo construido en aquella época.

Este poblado de Queipo de Llano fue idea de R. Beca y seguramente consiguió que las 8 ó 10 casitas que había las construyese el INV. En la actualidad sólo una conserva una presencia aceptable, la que se ve en primer plano, pues sería conservada por los Ragas, propietarios de las tierras que rodeaban este núcleo y que la utilizaban como vivienda durante las temporadas que pasaban en el poblado cuidando de su cosecha y ahora, tras la venta de toda la finca a un conocido torero, la usarán para el guarda de la casa de bombas. Todas ellas estuvieron ocupadas por gente conocida y cada una tiene su historia, pero este no es el objetivo de este trabajo, por lo que evitaré utilizar los apellidos el máximo posible, ya que lo que quiero evitar son los agravios comparativos. Podría recordar cien familias de los fundadores de los pueblos y diseminados de las Marismas, pero ¿ y los otros cientos que no conozco o no recuerdo? Solución, hablemos de transformaciones no de historias personales. Para ambientar cada momento me basta con utilizar las memorias de mi familia por lo que nadie puede darse por "no aludido"
Para nombres podéis contar con dos libros de Matias que son testimoniales y excepcionales: "La Isla Mayor del Guadalquivir a través de sus personajes" y "Páginas arrancadas en el Municipio de Isla Mayor" cuyos listados de sus apéndices no tienen desperdicio.
Y ahora para ambientarnos en la vida de aquellos primeros colonos nos transportamos, mentalmente, al Poblado Queipo de Llano en el verano del ´46. Mi esposa, Maricarmen, fue llevada a las Marismas por su padre, tíos y abuelo a la casa-choza que habían construido a un km del poblado. Ella tenía entonces 18 meses y lógicamente no tiene recuerdos de esas fechas pero tiene en su memoria los recuerdos de aquellos años, que le contaron sus mayores .
Al abuelo de Maricarmen, Cayetano, le habían dado en arrendamiento una parcela, de unas 7 has, de lo que más tarde sería la Fundación Queipo de Llano y que mantiene el arrendamiento como un bien transferible de padres a hijos. Junto a ellos había otros cinco a seis colonos en las mismas condiciones y otros, que habían accedido a la propiedad mediante la compra de sus parcelas.
El año anterior, mi suegro José y su cuñado Luis, habían salido, desde Hernán Valle, en un carro con dos mulas y todos los aperos y enseres que iban a necesitar para establecerse en aquel erial que, con anterioridad a Fisher, sólo para ganadería se había utilizado. Tardaron una semana en el desplazamiento, desde unos noventa kms más allá de Granada hasta unos treinta kms más abajo de Puebla del Río. Una vez allí contrataron a un constructor de la zona que les construyó una choza, con los interiores de una casa, es decir, los pilares y el techo eran de madera, pero las paredes eran de ladrillo y cemento, enlucidas y encaladas. Tenía cielo raso, para separar la zona habitable del techo y la diferencia con las casitas era, que la choza, tenía el techo de castañuela. Aquel constructor mantenía que eran mucho mas frescas que las de uralita e incluso que las de tejas que empezaban a construirse en el entorno. Cuando yo la visité por vez primera, casi veinte años después de su edificación, seguía siendo un lugar agradable donde vivir y un hogar en el que la calidez de sus gentes invitaba a volver cada vez que fuera posible. Y tanto era así, que si yo tenía un invitado para comer, lo llevaba con más tranquilidad a casa de mi suegra que a la mía, donde mi madre me reñiría por no haberla avisado. Ese problema no existía nunca con Casta, mi suegra, aunque llegásemos al final de su comida, no le causaba el menor incordio. Sacaba lo que tenía con la mayor tranquilidad y amabilidad posible. Ese don lo heredó mi esposa y mis amigos saben de su buen hacer y de la paz y tranquilidad que  se respira en mi casa, aun en momentos malos para la familia.
El abuelo Cayetano estaba bien apoyado por toda familia para llevar adelante todo el trabajo de aquel pañuelo de tierra, aunque daba más trabajo que brazos tenían para atenderlo. A pesar de tener un hijo y cinco hijas, dos de las cuales vivieron con él en el campo, Casta y Rosario, las demás apoyaron con el esfuerzo de sus maridos en los momentos de preparación, planta y siega, teniendo algunas veces que contratar mano de obra eventual, porque el abuelo Cayetano no permitía a sus mujeres trabajar en el campo. Me contaba mi suegra que a la hora de comer, el rancho era para todos igual, fueran de casa o braceros o algún necesitado que acudía ocasionalmente en busca de aquella mujer que disfrutaba ofreciendo un plato de comida a cualquiera que lo pidiese. No disponían de capital para poder permitirse estos dispendios, pero en cambio, la huertecilla de mi suegro, siempre a tope de tomates, pimientos, cebollas, lechugas, melones, sandías etc. más los pollos, pavos, patos y ánsares de Casta, y las cabras además del  rebaño de ovejas y corderos, que nunca faltaba, les permitía cierta liberalidad para ayudar a gente muy necesitada. En aquellos terribles años los temporeros que no encontraban pronto trabajo pasaban mucha hambre pues venían de sus pueblo sin recursos que les permitieran mantenerse unos días.
Al principio, el único camino viable, -de comunicación con la civilización-, era la linea de vapores de Sevilla a Sanlúcar que les permitía desplazarse a Coria para comprar los artículos más necesarios  de los que no podían auto-abastecerse y entre ellos venían alguna caja de quesos, embutidos y conservas. El pan era un lujo del cual no siempre podían disponer. Tampoco podían caer malos, pues el médico más cercano estaba en Coria y el barco pasaba cuando pasaba. También la cacería era una parte importante de la dieta. Luis y el abuelo grandes aficionados a la caza, proveían de patos, gallaretos, ánsares, polluelas etc.  y aunque  el pescado no era básico en su dieta, -a pesar de la riqueza ictícola que había en la zona-, algo aprovechaban, -las lisas o albures le encantaban al abuelo Cayetano-. Cuenta Maricarmen que, cuando cortaban el agua de riego,  en el hoyo del sifón de la entrada del canal principal, se reunían cientos de kilos de albures, carpas o tencas, camarones y anguilas. Se podían coger a cubos, incluidas las escurridizas anguilas, dada la densidad en la que quedaban en ese bajo, tras la retirada de todas las aguas del canal. Y aunque ella no me comentó nunca, pues no le llamaría la atención algo que no aprovechaban absolutamente nada, yo sé que las paredes de la compuerta de entrada, al canal secundario, estarían negras por la enorme cantidad de angulas y el suelo también tendría cubierta la poca agua que filtraba con cientos de miles de angulas y camarones. Los camarones  y los albures eran muy apreciados por todos los habitantes de la Marisma, mientras que despreciaban las angulas y las anguilas y las carpas o tencas, llamadas panarras, en estas marismas..


Iglesia y escuela del poblado de Queipo de Llano.

Con cinco añitos empezaron a llevar a Maricarmen a esta escuela mixta,  donde los párvulos se sentaban junto a los más mayorcitos, ya que había una sola maestra y un solo local. Dª Angeles más que una maestra era una segunda madre de todos aquellos niños.
Cuando llovía no había posibilidad de llevarlas, a ella y a su hermana pequeña Pepi, en moto o en bicicleta y entonces la única alternativa era las botas de goma y caminar aquel km de ida y vuelta haciendo patinaje y no precisamente artístico. Aquella voluntariosa maestra, seguramente monja seglar, llegado cierto momento, le dijo a la familia que ella ya tenía muy  poco que enseñarle a Maricarmen y que la alternativa razonable era llevarla a un colegio interno, que ella se comprometía a buscarle. El exceso de super-protección que ejercía mi suegra sobre sus hijos impidió que ella o cualquiera de los otros dos hermanos tuviesen la más mínima oportunidad de formarse para poder salir de aquel agujero insalubre y aislado, como era cualquier sitio interno en las Marismas, hasta que abandonaron el campo y fueron al Puntal.
Pero antes que esto sucediera, en aquel remedo de pueblito, Queipo de Llano, llegó un momento que su situación empeoró para la normal convivencia de los niños con la llegada de las prostitutas a las que el Gobierno Civil  de Sevilla había obligado a abandonar la  capital y se habían establecido en un pequeño campamento de tiendas de campaña de lona  o de chapas de bidones cortados a menos de cincuenta metros de la escuela. La maestra mantenía un férreo control sobre los niños a los que no dejaba salir solos a jugar frente al aula. Incluso comía con ellos, lo que no le costaría esfuerzo alguno puesto que eran su única familia.
Un día los perros de Luis encontraron el cadáver de un bebé en el canal de riego a su paso por la choza. Lo sacaron y denunciaron el macabro descubrimiento a la Guardia Civil, que al poco tiempo averiguó que la madre era una de aquellas desafortunadas mujeres que lo había parido dentro del agua, justo en la casa de bombas de la foto superior que tiene los tubos pintados de rojo y lo había abandonado a una muerte segura. El agua lo había arrastrado  a lo largo de un km, había atravesado dos grandes compuertas, pasado el sifón y detenido por una pequeña válvula de entrada al campo donde los perros lo encontraron, frente a la choza, con el normal trauma que les creó a los pequeños, a los que imagino no dejaron ver, pero no pudieron evitar que se enterasen.
Algún tiempo después, decidieron que había llegado el  momento de sacar a los niños de allí  de forma que por lo menos pudieran acudir a algún colegio en Villafranco y el abuelo Cayetano compra una casa en el pueblo y monta un despacho de pan y una tienda "de todo un poco". Con esta salida, se consolida la diáspora, que a tantas familias asentadas en el campo les fue sucediendo, conforme las necesidades de mano de obra disminuían y aumentaba la demanda de un mejor nivel de vida y sobre todo de obtener la posibilidad de dar algún tipo de formación a los nuevos miembros de la familia. Mis suegros se quedaron en el campo cuidando la parcela y los animales, el abuelo con su hija menor, Rosario, se llevaron los niños al pueblo y el resto de la familia estaba ya esparcida por España. Una hija, Anita, que vive todavía, en Benalúa de Guadix,  el pueblo de su esposo, Dodo, que tenía allí una pescadería. Otra, Carmen con su esposo Juan, se fueron a Esparraguera, Barcelona y la tita Pepa, con su esposo Gabriel, fueron a trabajar a un cortijo de Córdoba. Aquella parcelita de tierra no dio nunca más que para el sustento de los que allí trabajaban y ganaban su sueldo, aunque no lo cobrasen y todo quedaba en la casa donde vivían, los que allí hubiera  en cada momento.
Cuando el abuelo se llevó a los niños al pueblo, Maricarmen tenía 13 años y ya había perdido la oportunidad de llegar a tener una formación académica superior. Una vez en Villafranco tuvo ocasión  de ir a las clases que  José Olivencia y su esposa daban a los niños mayores que no habían tenido la oportunidad de seguir los cursos normales desde su primer año.


Depósito de agua, que se mantuvo hasta finales del siglo XX, cuando se decidió sustituirlo por un parque.

Cuando los niños llegan, la vida en el pequeño pueblo de Villafranco,   no era la de una ciudad pero ya tenía algunos servicios indispensables, como farmacia, médico, panadería, pescadería, carnicería y .agua potable, -había que ir con cántaras a comprarla al gran depósito o los que vivíamos en el campo, si teníamos cubas, íbamos con el carro-cuba, la  llenábamos y teníamos agua potable para la casa y los peones-. Otros, con menos suerte y más alejados del pueblo hacían un agujero de sesenta o setenta cts en el suelo, al lado de un muro del canal de riego y bebían del agua que filtraba a través del barro y un poco de arena que colocaban en el fondos. Algunas veces ese charco lo trataban con cal viva para exterminar las bacterias y gérmenes y otras veces caían en graves enfermedades provocadas por la ingesta de agua contaminada por todo lo que se os pueda ocurrir y algo más.
Por esas fechas construyeron un sanatorio anti-palúdico, cuya enfermedad había sido una constante epidemia pero que por esa época, la mejoría de las viviendas y el uso de pesticidas estaba ya erradicando el paludismo de la zona, por lo que el sanatorio quedó como casa del médico, Don Juan, y lugar de consulta. Teníamos la suerte de contar con un magnífico médico de medicina general con un ojo clínico admirable. Sólo nos atendía 365 días al año y durante las 24 horas de cada día. Hasta rayos X llegaron a montarle, lo que le costó la vida, pues nuestro galeno, jamás tomó en serio las precauciones imprescindibles para manejar el aparto y falleció de un cáncer producido por los rayos gamma.
También por esos años montaron un cine de verano, dentro del solar ocupado por la fábrica de papel , que regentaba Pecillín y al que no recuerdo haber ido nunca, no sé si porque fue anterior a mi llegada o simplemente no lo recuerdo, pero Maricarmen lo recuerda perfectamente. Más tarde Sosa montó el cine de invierno y algunos años más tarde amplió a una sala de verano.


Gañanía de Villafranco

El INV construyó dos calles con casas para los colonos, que por cierto no les entregaron sus escrituras hasta  bien entrados los ´90, después de volverlas a re-construir, pues tenían aluminosis  las viguetas "castilla" conque se construyeron, como  casi todas las casas de después de la Guerra, que coincidieron con el bum de la construcción y las fábricas de viguetas no podían abasecer la demanda, por lo que usaban un acelerante de aluminio, que a la larga, unido a la humedad, ataca a las cabillas corrugadas interiores llegando a desintegrar el acero y el hormigón que las rodea. Pues para entregarle las casas del INV, 50 años después a sus ocupantes, -que no sólo eran colonos, sino que también había guardias civiles, comerciantes y trabajadores por cuenta ajena-, las arreglaron y les dieron las escrituras. Algo que no entenderé nunca, porqué la Junta de Andalucía no aplicó el mismo rasero a los que habíamos hecho nuestras casas, junto a esas, pero con nuestro dinero y esfuerzo personal. Tuvimos que solucionarnos el problema de la aluminosis a nuestras expensas, mientra que a ellos, no sólo les pasaban la casa por un pequeño arrendamiento pagado a lo largo de esos años sino que además se las arreglaron gratis.
Pues junto a las "casas de los colonos" también se construyeron varias gañanías, con la función de albergar a los trabajadores temporeros que acudían a cientos en la planta y la siega. Estas Gañanías, cuyas puertas de entrada están tapiadas en la foto, tenían un pasillo central, cuartos a los lados y al final unos baños cuyas deposiciones caían sobre el estercolero del vecino, puesto que no había alcantarillado.
En esa década, de los ´50, se desarrolló el núcleo central del pueblo, pues se hicieron las casas de colonos entre los dos puentes y las calles principales, Bueno Monreal y un poco más tarde Virgen del Carmen.
En esos años convivíamos con los presos políticos que quedaban en Villafranco. Aunque la Iglesia , hoy capilla del Rocío, ya estaba construida y oficiaba los actos litúrgicos, recuerdo algún domingo por la mañana acudir, con mi madre,  a la misa que se oficiaba en un pequeño almacén junto al cuartel de la Guardia Civil y cuando entrábamos, ya estaban los presos políticos sentados en las últimas filas, imagino que acudían obligados a oír misa. También luego debían de estar libres por las calles pues de las pocas cosas que recuerdo de esos años hay una que no se me borra de la memoria; el espectáculo gratuito que nos ofreció, una tarde-noche, la Benemérita  en la cola del cine de verano de Sosa. De pronto la gente que estaba en la cola salió corriendo en todas direcciones y en el centro de la misma aparecieron un par de guardias, porra en ristre, repartiendo porrazos a diestro y siniestro. No creo que hicieran muchas distinciones, entre presos, peones o colonos que allí pillasen. Yo estaba alejado unos pasos y vi aquel atropello desde la seguridad de la lejanía. Ignoro los motivos que provocaron aquella reacción y tampoco si tuvo consecuencias para algún preso. Yo vivía en el campo durante el verano y en los Salesianos de Alcalá de Guadaíra, el resto del año, y poco a nada me interesaba de lo que ocurría en el pueblo. Pero no tengo conciencia de ningún problema acaecido por culpa de aquellos presos políticos, de los cuales puedo dar fe  como excelentes personas, de aquellos que se quedaron a vivir allí y fueron tratados, por el resto de habitantes,  como otro colono más. Es más, entre los colonos valencianos eran más frecuentes los de ideas progresista y republicanas que del bando en el poder. Habían luchado casi todos en el ejército republicano que los reclutó en la contienda, puesto que Valencia estaba en esa parte de la dividida España. Aunque, la extrema situación vivida y la represión parcial  había convertido a la inmensa mayoría en personas dedicadas a lo suyo  y absolutamente apolíticos. En lineas generales al agricultor le preocupa, su campo, el precio de sus productos, el tiempo que vaya a  hacer los próximos días y, además, si es arrocero en la Isla, los grados de sal que pueda tener el estuario y por lo tanto su agua de riego.


Casa, de los cuarenta, en la Marisma con su almacén y establo ya convertido en cochera.

Retomamos el ´42 y a los inicios de la colonización de R.Beca. Cuando éste logra atravesar la Francia ocupada por los nazis y toda España con la maleta llena de billetes de todos los colores y procedencias, y compra la mayoría de las acciones de Ismagsa, su política de cultivo y transformación de las Marismas sufre un cambio radical.
Había estado cultivando directamente o arrendando a algunos colonos y empresas medianas las tierras que él, a su vez, había arrendado en el ´37 y ´38  a Ismagsa, pero tras la absorción de esta empresa por "R. Beca y Cía, S.L. Industrias Agrícolas", a finales de 1942, su política inicial de cultivo directo y el resto controlado, paso a una clara política de parcelación y venta de los terrenos ya desalados. A los primeros grupos de valencianos, que va creciendo paulatinamente desde el 42, a los que ofrecía tierras muy baratas,  cediéndolas en arrendamiento con la opción de compra y en unas condiciones que las hacían muy atractivas y servían de reclamo a las nuevas remesas de emigrantes, como realmente así ocurrió. Acto seguido pasó a la venta mediante un  sistema que permitía la auto financiación en cuatro a cinco años,
El grupo de agricultores que compró en las primeras tierras entre el Cruce y Alfonso optaron por la alternativa de edificar sus propias casa en el campo, de las que nos quedan hoy unas cuantas muy representativas y que están en su mayoría habitadas por los colonos o sus primeros descendientes. Otras, las menos, vendieron casa y tierras y los descendientes prefirieron otro empleo menos duro que, en aquella época sin mecanización, resultaba para colonos y braceros. Algunos hijos de arroceros se dedicaron a profesiones liberales. De todas formas siguen viviendo en ese campo algunas de las familias más representativas del inicio de la colonización y prefiero no mentar nombres porque me sabría muy mal dejar de mencionar a los que no conozco o no recuerdo que tienen los mismos méritos que los que yo conozco y aprecio y continúan en la brecha.


Calle de las casa construidas en el ´51. Foto actual.

Mientras, los colonos que compraron alrededor de Villafranco prefirieron en su mayoría construir sus casas directamente en el pueblo y ese sería el núcleo formado entre el puente del Bar Isla, -puente de Jordana-, y el puente del canal de Casa Riera. Otros colonos posteriores fueron directamente al campo, en Mínima, Queipo, Toruño, vuelta de la Arena, El Metálico, etc. primero vivieron unos años en el campo y en cuanto se lo permitió su economía se pasaron a vivir al pueblo.
Al principio, junto con las casa del INV, el Molino y la papelera, también la empresa crea un mercado, frente a la papelera, donde podíamos abastecernos de todo lo necesario, y allí teníamos, pescadería, carnicería  ultramarinos ferreterías, tiendas de ropas y hasta estanco.
Recuerdo las enormes moscas negras posadas sobre la carne que no volví a ver hasta retornar a pueblos, en decadencia, en el Chaco o barrios marginales, como el Mercado 4 de Asunción, o cuando visité China en el 2007, en una carnicería, en medio de la calle, junto a un magnífico centro vacacional y en una pequeña ciudad de más de ocho millones de habitantes.

Chalet de R.Beca en Villafranco
Este chalet donde imagino que primero R.Beca y más tarde su hijo Pedro, comían y descansaban cuando estaban por las Marismas. Yo lo recuerdo como la casa de la familia Parra, pues allí vivieron durante muchísimos años y allí criaron a sus lindísimas hijas que siempre fueron muy cercanas a mi familia.
A partir de primeros del ´43, una vez ya con el control de Ismagsa, mediante la fusión-absorción con R.Beca y Cía  el capítulo de la colonización se abre en serio y ya no se dedica a comprobar calidades de los diversos suelo y pagos, sino que empezando por lo más viejo y continuando por la tierras de nueva transformación a riego, la parcelación y venta es el negocio claro de la compañía.
Entre el ´42 y el ´50 aumenta la superficie regada hasta las 4.600 ha, ampliando los riegos de Mármol, Queipo y utilizando las antiguas instalaciones de Mínima. Beca venía utilizando, parcelando, arrendando y vendiendo, todos sus terrenos de Isla Mayor de Norte a Sur, llegando desde el Guadalquivir hasta el cierre del Guadiamar.

Entrega de la Gran Cruz de la Orden Civil del Mérito Agrícola a D.Rafael Beca Mateos

El 18 de Julios de 1952 se le concede a Rafael Beca la Gran Cruz  de la Orden Civil del Mérito Agrícola, mezclada esta merecida distinción, con toda una parafernalia patriotera y acompañada por tantas distinciones que pienso no le hace justicia ese galardón multitudinario a la tremenda y difícil labor colonizadora que realiza en las Marismas, tras los reiterados fracasos de grandes ingenieros respaldados por enormes capitales extranjeros. Realmente el valor de esta obra se lo reconoce Franco cuando en 1953, vuelve a Isla Mayor a inaugurar las bombas de Mínima y a solicitar de R.Beca la colonización, es decir el reparto de esas nuevas tierras entre el máximo posible de familias.
R.Beca había tomado buena nota de ese deseo, -que además pienso que estaba ya en su iedea inicial cunado aceptó el reto de colonizar las Marismas-, y cuando llega Franco ya había parceladas más de 6.000 has de arrozal con 270 nuevos propietarios y otros tanto en camino de tener su propia parcelita de arroz.
En la foto superior sólo reconozco a R.Beca, por su banda, y a Emilio Marí, primero por la izquierda, que formó parte de se núcleo inicial de colones valencianos, expertos arroceros, que se dejaron allí su vida cambiando aquella marisma inhóspita e insalubre por la zona arrocera más moderna de España.


Busto de homenaje del Pueblo de Isla Mayor a D. Rafael Beca Mateos.
Este busto, situado en el parque que lleva su nombre, cerca del chalet donde pasó grandes momentos de gloria e incertidumbre y a la avenida principal del pueblo, Avenida de D. Rafael Beca,  es la muestra de agradecimiento a este insigne hombre del que ni siquiera a sus detractores si los tiene, que los tendrá, he escuchado hablar mal.
Conclusiones.
Podemos dividir sus actuaciones entre partes de acuerdo a las políticas por él establecidas:
-Desde 1937 al ´42.- R. Beca arrienda las tierras a Ismagsa y destina todo su capital al arreglo de las infraestructuras de riego existentes y a pesar de tener en el ´38 ya 1.600 has en cultivo directo con sus propios medios y personal, salvo honrosas excepciones, Patry, y procura ir probando otras tierras pero procurando no pasarse de un total cultivado superior a las 2.000 has a fin de no revalorizar las acciones de Ismagsa.
- Desde 1943 al ´49.- Una vez absorbida Ismagsa por R.Beca y Cía., inicia una agresiva política de parcelación para la venta de los terrenos transformados, empezando por dar tierras en arrendamiento en condiciones excepcionales a los nuevos colonos, mayoritariamente valencianos, para que hagan de reclamo a la gran cantidad de agricultores arroceros que necesita para llevar a cabo una colonización rápida y rentable. A partir del 47 la masa de inmigrantes es ya muy importante y en el ´49 había llegado a la transformación de unas 5.000 has de las cuales más de 4.000 ya tenía adjudicadas y en cultivo.
- desde 1950 al ´53.-  A partir de aquí vienen las grandes zonas nuevas, Toruño, Mínima y Calonge, con la posibilidad de aumentar las superficie en unas 500 has anuales puesto que la infraestructura dependería de una nueva casa de Bombas, la de Mínima, para la que se contaba con autorizaciones, previstas hasta de 20.000 l/seg y la puesta en riego del Toruño, iniciada el año anterior fue la de mayor impacto en el nº de has puestas de una sola vez.
A finales de 1953 fallecía R. Beca y tomaba el relevo su hijo Pedro, con el que tuve ocasión de negociar la re-financiación del Coto de los Patos, que será tema de otros capítulos, si el tiempo y las autoridades lo permiten.

lunes, 8 de abril de 2013

DEL ARROZ AMARGO 2 AL AVION, LASER Y GPS Del ´27 al ´37, tres fracasos estrepitosos.

 DEL ARROZ AMARGO  2  AL AVION,  LASER Y  GPS

Tres fracasos estrepitosos desde 1927 al 1937 en los primeros intentos de colonización de Las Marismas del Guadalquivir

El Puntal en 1927, después Villafranco, después Isla Mayor.
Si el primer post de Las Marismas lo iniciamos con la foto del Municipio de Isla Mayor a finales del siglo XX, esta corresponde a los primeros. Exactamente tuvo que realizarse en 1927 ya que estaba la vía del ferrocarril,-en realidad sólo vagonetas-, para poder mantener el transporte de agua y materiales desde Colinas hasta Reina Victoria, ya que medio año la carretera de tierra estaba intransitable. A pesar de la premura en preparar tierras se nota la organización inglesa en instalaciones previas que en España eran poco habituales. Antes que nada habían llevado el teléfono y el servicio de combustible, la vía e inmediatamente llevaron el agua potable desde Colinas en tuberías, de las que estuvimos disfrutando durante muchos años y, que yo sepa, todavía sigue llegando al Puntal (Isla Mayor) en las fuentes públicas con una calidad de agua que, hasta hace pocos años, era como la mineral.
Nuevamente en este capítulo, puedo dar la  impresión de que soy un documentado historiador, os confieso que sólo he realizado un difícil resumen del esforzado y concienzudo trabajo de Matias Rodrigues en su "Historia de la Isla Mayor del Guadalquivir" que es un compendio de todo lo que se puede encontrar sobre nuestra historia, más muchas entrevistas personales de personajes que ya no están entre nosotros y que, por lo tanto, es titulo, de lectura y consulta obligado, para cualquiera que necesite los antiguos datos de Isla Mayor que, por otra parte, son difíciles de encontrar. Eso sí, a toda la información de que he dispuesto, le he añadido mi punto de vista personal, como colono arrocero, empresario y conocedor del mundo arrocero, del sindical profesional agrario, cooperativo y autor y promotor de algún proyecto de arrozal.
 Mi empatía con Fisher hace que mi punto de vista sobre su obra y personalidad me permita compartir con él el espíritu idealista, aventurero y emprendedor y que tal vez ese idealismo, motor del proyecto, provocó su separación del mismo por sus jefes cuya visión era más pragmática y podía serlo ya que el dinero lo exponían ellos.
Las fotografías son casi todas"auto-prestadas" de Marisma Historia y de los albúm de Matias, que son otros dos trabajos de recopilación. El primero de ellos se le debemos al esfuerzo y empeño de Salud Cano que junto a su esposo Jorge Rivera forman parte de mi segundo anillo familiar, aunque no haya consanguinidad.
Por último siento no haber visto nunca ni dispuesto del libro de fotos antiguas de Isla Mayor "La aventura de los ingleses en la Marisma del Guadalquivir" para cuya preparación José González Arteaga había podido disponer de 600 fotografías de las realizaciones de la empresa cuyo álbum, irreemplazable, había encontrado durante la preparación de su tesis y que aunque estoy totalmente de acuerdo con él en que eran fotos preparadas paea ejercer un efecto publicitario, a mi, como agricultor arrocero, me hubiesen permitido poder leer entre lineas.


Una de las tropecientas mil riadas que sufrían los habitantes de las Marismas.


 Mi gran amigo, Oscar Ferreiro Mendiondo, arrocero, agrimensor, reconocido poeta paraguayo y hombre de cultura enciclopédica,  parafraseaba siempre “Cada revolución la sueña un idealista,  la ejecuta un loco y la aprovecha un vivo”.
Para la historia que aquí nos atañe habría que poner todo en plural, pues esta titánica transformación de las Marismas no hubiese sido posible sin los pasos y los fracasos que se dieron en cada momento.
Como decíamos en el  capitulo 1º , esta historia comienza con la cacería de patos, -de Fisher y el embajador de Londres, en El Cairo-, en Las Marismas del Guadalquivir. Yo intuyo, sin dudar, que el primer soñador y padre de la idea fue Fisher, que vio la similitud de estas tierras con las del Delta del Nilo, donde él estaba realizando proyectos de transformación. ¡Qué equivocado estaba! Aquellas eran unas marismas que se habían colmatado  paulatinamente desde el inicio del delta hacia el mar arrojando fuera el agua salada y sumando capas sedimentarias dulces sobre las tierras salobres de las capas profundas. En estas Marismas sevillanas, el Lago Ligustino se va rellenando con las sucesivas aportaciones de agua dulce con sedimentos y su mezcla con aguas salada del Atlántico, que en marea alta entraba a raudales cada vez que el Guadalquivir dejaba de aportar agua, lo que normalmente  ocurre cada verano. Esta colmatación ha ido formando unas capas de sedimentación contaminadas de sal desde la más baja, a decenas de metros de profundidad, hasta la más superficial.
Por lo tanto todo el proyecto nace con una premisa fundamental, falsa. Estas tierras no eran como las del Nilo. Ellos pensaban que con la aportación de aguas de riego superficiales, más las lluvias, apoyado todo ello de la meteorización del terreno al cultivarlo convertiría, en pocos años,  estas tierras en un vergel  apto para cualquier cultivo. Y no era sólo Fisher el equivocado, tanto los ingenieros agrónomos de este proyecto como los del proyecto alternativo de la empresa Agrícolas del Guadalquivir,  pensaban que con los cultivos de riego se desalarían estas tierras.  En una de las publicidades de la empresa para la venta de acciones se afirmaba que contaban con un grupo de ingenieros agrónomos que había desarrollado proyectos similares en diversos lugares del mundo y que la experiencia acumulada y las pruebas realizadas eran una garantía segura de éxito.
Lo cierto es que, -atendiendo a los resultados-, ninguno de ellos había trabajo en tierras salinas por lo que no sabían que en estas tierras solamente el riego continuo, que sólo es posible sembrando arroz, será posible ir desalando paulatinamente la capa superior que cada año se desala como consecuencia del fangueado (el fangueado es un proceso para enterrar las malas hierbas o rastrojos, que se hace con agua y con unas ruedas de hierro especiales,, por lo que se bate la tierra inmersa en el agua y se disuelve parte de la sal que contiene) las sales disueltas con  el cambio de agua se expulsan al desagüe. En el resto de cultivos de riego, cuyo sistema es dar un riego cada vez que la planta lo necesite, el proceso que desencadena ese riego es el siguiente: Tras la preparación del terreno y la siembra, normalmente con tempera (es decir con la humedad suficiente para que germine), en cada riego posterior el agua penetra en el suelo hasta la capa impermeable y disuelve parte de la sal acumulada en la tierra. Conforme se va secando, la sal sube por capilaridad, hacia la superficie y cuando termina la evaporación, la sal que etaba disuelta en el agua, queda depositada en la parte superior.del terreno. Varios años y varios riegos convertirán esa tierra en un saladar inservible para cualquier cultivo. Sólo drenando el terreno, tal y como hicieron posteriormente en el Plan del Instituto de Colonización en Isla Menor y en el de Almonte-Marismas  de la margen derecha del Guadiamar, e instalando unas potentes casas de bombas capaces de desaguar todas las grandes lluvias y las filtraciones de los riegos será posible ir mejorando las tierras.
Del año 1923 hasta finales del ´26, cuando se formaliza la empresa "Islas del Guadalquivir", Fisher había comprado el Rincón de los Lirios y habían conseguido la opción de compra, de más de 60.000 has, de toda la Isla Mayor, las Marismas de Hinojos, de Aznalcazar y casi toda Isla Mínima.
Antes que finalizara el ´´26, ya estaban construyendo el muro perimetral que bordeaba el río  para evitar las riadas del Guadalquivir y empezaron, sin autorización, el muro de la parte izquierda del Guadiamar. El Otoño del 27 fue excepcionalmente lluvioso, el mayor de los últimos 50 años, como la primavera de este año 2013 empezaron los problemas con los vecinos de la Vega de la Puebla, por el cierre del Brazo de la Torre y con los pastos y cultivos de la margen derecha del Guadiamar que se perdieron, en lugares que nunca, antes se arriaban o que desaguaban muy rápido. Estos pleitos, unidos a la desaparición de miles de has de pastos para la ganadería, la privatización de las vetas, donde pequeños agricultores sembraban sandías, melones y algunos cereales, y de las tierras de almajos que utilizaban los jaboneros, provocan un rechazo declarado contra los "ingleses". Los únicos que salieron beneficiados fueron los peones, comerciantes y empresas de materiales de construcción.
La empresa trajo a España la maquinaria más moderna que había en el mundo para movimientos de tierra, laboreo, recolección, -la primera cosechadora de España se estrenó en las Marismas-, y la velocidad que imprimieron a la transformación fue espectacular. Por ejemplo, para construir los muros utilizaban dos tractores oruga, uno por cada lado,  que arrastraban un gran disco que volteaba la tierra sobre una cinta transportadora y ambas cintas volcaban la tierra en el lugar donde iba creciendo el muro en cada pasada. Plate, en unos de los comentarios de su entrevista publicada en el libro de Matias, dice que en un solo día le enviaron 50 tractores para preparar el terreno para sembrar. El desembolso en maquinaria, compra de terrenos y labores de siembra había terminado con los 20 M. de pesetas de capital social, otros veinte de una ampliación, más 10 de préstamo. ¡Y toda la siembra de otoño se había perdido con la inundación! y en Febrero vuelven a inundarse nuevamente todas las Marismas y dicen que vuelve a perderse las siembras de Febrero. Eso debía de formar parte de todo el aparato publicitario que empieza a montarse para especular con las acciones. En Febrero en Las Marismas, que yo sepa, no se siembra nada, en cambio sí podían estar avanzados los trabajos para las siembras de primavera de algodón que seguro sería el rubro más importante de esa explotación.


 Por su apariencia este modelo es muy anterior al D2 de 1938 y es muy posible que sea uno de los modelos primeros que se importaron para este proyecto.
Oruga con un subsolador, seguramente de  tres brazos, con el fin de drenar la tierra a una profundidad de 40/50 cts que seguramente no llevaría bellota inferior para canalizar el drenaje hasta el colector (que hubiese sido lo único recomendable para desalar esas tierras, sin drenarlas), pero si servía para profundizar la tierra de labor. Esta labor, de profundizar la tierra para dar más amplitud a red radicular, no creo que fuera precisamente idea acertada en estas marismas saladas pues, además de `permitir a las raices entrar más profuindas y llegar a la capa más salina conseguía  que el agua llegase a más profundidad y sacase, por capilaridad, más sal al exterior.



Este oruga debe pertenecer a la maquinaria de Obras Públicas de Isla Menor ya que es algo más moderno y el arado, un Brabant de arrastre, que no está bien regulado en el momento de la toma, pues la rueda derecha delantera ya ha salido del surco y por eso la pala izquierda trasera está clavada más del doble que la primera.. Pero la labor de este equipo era espectacular y pensar que 30 años después yo todavía araba con el arado de vertedera tirado por dos caballos.

Hay que ser un experto o poseer información fidedigna para situar históricamente cada  uno de estos tractores en su momento exacto de incorporación a los trabajos de las marismas, pero en este caso eso es irrelevante. Islas del Guadalquivir, S.A. trajo decenas de tractores, los más modernos de la época, para realizar los trabajos en el tiempo requerido y a la vez lanzar una campaña publicitaria que les permitiera vender las acciones de una empresa, que ya en 1928, sabían que estaba en bancarrota.
De todas formas los logros habían sido espectaculares: La empresa se funda en Octubre del 26 y las tierras las compran en Febrero del 27. A pesar de ello, antes de las riadas de Otoño de ese año ya  habían logrado preparar y sembrar 13.000 has de´algodón, trigo y cebada. Habían realizado 45 km de canales de desagüe para secar los  lucios y construido dos bombas de reelevación en el Puntal y La Ermita,- ambas obras siguen en pie-, que vertiesen las aguas de esos lucios o de las copiosas lluvias al Brazo de los Jerónimos, en el caso de que los niveles del río estuviesen altos y el agua no saliese al río por gravedad.
Habían construido la carretera de acceso desde Colinas a Reina Victoria, con la vía de ferrocarril y la linea telefónica, junto a ella.
Habían empezado obras de viviendas, en Colinas, donde se había centralizado la dirección del proyecto y el Rincón de los Lirios que Fisher había comprado con anterioridad a título personal para iniciar las experiencias con algunas variedades de algodón egipcias y norteamericanas.


Pareja de agrimensores calculando cotas de nivel para construir los canales de riego y los drenes,

Esta era una labor urgentísima e imprescindible ya que para el año 1928 tenían planeado la puesta en riego de 3.000 has y para ello tuvieron que construir la casa de bombas del Mármol y cursaron una solicitud para elevar 4.800 litros por segundo para que sirviesen ya a la futura puesta en riego de las 14.000 has que tenían preparadas de secano en 1928 y que pensaban regar en el siguiente año.  La solicitud indicaba bien a las claras que pensaban en cultivos de riego, pero no en arroz, pues las solicitudes y concesiones de riegos para arrozal son de 2,11 litros por hectárea y segundo. De todas formas parece que llevaron a cabo alguna experiencia de siembra arrocera pero ignoro el resultado.


Obras para la instalación de una casa de bombas, posiblemente, por su tamaño, sería una de las dos de desagüe, aunque eso también es irrelevante. Cualquier casa de bombas, junto al río o en el interior de las Marismas, requería de una compleja infraestructura ya que hay que profundizar varios metros bajo el nivel del suelo para que las bombas tomen agua en marea baja y tengan a demás, en estos casos, suficiente profundidad para evitar la "cavitación" de la bomba que se produce cuando las palas van quedando cerca de la superficie del agua.

Estas obras de bombeo interior estaban propulsadas con máquinas de vapor, pero las  del  Mármol tuvieron que ir acompañadas  de la imprescindible instalaciones eléctricas por lo que se construyeron 27 km de lineas de alta tensión para traer la electricidad a las bombas y 45 km de canales de riego para conducir el agua a las futuras parcelas que se se estaban preparando para vender y empezar a recuperar la inversión. También junto a la bomba se construye el muelle  de descarga para los materiales y maquinaria que entraban por el río y se habilitan otros dos muelles  en Mínima y Reina Victoria. Estos muelles servían también para la linea de barcos de pasajeros,desde Sevilla a Sanlucar, que se creó al inicio del proyecto, además de una linea regular de transporte de viajeros por carretera.


Este sencillo arado de vertedera, doble, estaba fabricado "exprofeso" para iniciar la canalización de los drenes, que en muchos casos era suficiente con una sola pasada y en otros, los drenes principales, había que seguir profundizando.

En 1928 ya se habían construido 65 km de canales de desagüe y se habían preparado 14.000 has de siembra de algodón y de algún otro de cereal de verano, pero la riada de primavera de ese año, la segunda en menos de seis meses, terminó con toda la labor y es posible que este segundo desastre adelantara la ineludible caída del gigante. Con los planteamientos del proyecto iniciado era totalmente imposible que aquella gran aventura llegara a buen puerto. La enorme inversión inicial realizada, en unas tierras de las que solo serían productivas un 10% de lo transformado (que era el dato que no manejaban), -correspondientes a vetas y playas-, y tampoco podían pensar que iban a vender o arrendar parcelas suficientes, que generaran un flujo de caja suficiente para poder mantener la empresa operativa. Tampoco hubiese sido viable si hubieran empezado con el cultivo del arroz, aunque posiblemente hubiese retrasado el desastre, como veremos más adelante cuando el proyecto se inclina en esa dirección. Pues a pesar de que el arrozal es la única solución viable para desalar estas tierras, -si no se drenan-, la situación excedentaria de arroz en España y la pérdida de mercados internacionales mantenían el precio del arroz cáscara a un nivel   inferior a los costos de cultivo.


Carretera interior para transporte de semillas y abonos a los campos y recogida del grano hasta la carretera principal. 

Con la doble pala se construían las cunetas laterales y la tierra de los bordes de arrastraba hasta el centro con el fin de dejarla "bombeada" para facilitar su desagüe lateral a los drenes. Estos caminos y todos los caminos interiores de la Isla Mayor se realizaron con poca imaginación, y menos inversión, y en todos los proyectos quedaron al nivel de suelo de los campos colindantes, por lo que con el paso de los años una buena parte de ellos se inundan con facilidad durante la campaña de riegos aún después de añadirle 10 cts de grava encima.


Dragalina Ruston profundizando los drenes principales y construyendo dos caminos laterales algo más elevados que los que no tenían acequia principal al lado.
Esta enorme máquina en realidad era muy simple, ya que tenía un pequeño motor de 70/80 cv que servía para desplazarla llevando su potencia a la transmisión,  caja de cambios y orugas. una vez que ya estaba situada en el sitio exacto de trabajo, esa potencia la utilizaba para elevar la pluma y mediante un giro, sobre su eje central, de más o menos recorrido, en función de la distancia a la que desease llegar,  lanzaba el cazo, que era más o menos de 1 metro cúbico. Luego tiraba de unos cables para lograr la inclinación del cazo y con el otro estiraba hasta traerlo a la orilla donde lo levantaba y descargaba en el lugar, más o menos, deseado. Eran unas máquinas lentas y difíciles de manejar, pero duras. Tan duras que yo las recuerdo funcionando en los años 60, que estaban siendo sustituidas paulatinamente, desde hacia años, por las retroexcavadoras. Pero algunas se mantenían en funcionamiento porque las retroexcavadoras modernas no tenían capacidad de alcance para llegar al centro de los canales anchos o profundos.


Construyendo y compactando muros
Con estas máquinas de desplazamiento de tierras, impensables en España en aquella época, estaban arrastradas por un tractor de orugas, que consistían en un gran disco que acercaba la tierra a la cintas que la desplazaban varios metros hasta que reiteras pasadas convertían el montón de tierra en un muro que era regado y compactado, por capas, volviendo una y otra vez sobre sus pasos hasta conseguir la altura y anchura deseada.

Puente de Jordana, entrada al municipio, que posibilitaba el desagüe de la parte norte de Isla Mayor al Brazo de los Jerónimos pasando bajo la carretera de entrada principal y única al pueblo..

Esta es otra de las importantes obras de desecación de las las Marismas, al Norte del Canal de Casa Riera que permitía el paso de la carretera principal de la Isla Mayor por encima del desagüe. Al fondo vemos una única edificación que no reconozco pero que nos muestra que nada más había construido todavía en el futuro Municipio de Isla Mayor.
Todas estas obras de saneamiento y desecación, como canales de riego y desagüe, casa de bombas de elevación para regar o drenar, las infraestructuras de comunicaciones  por carretera, vías de ferrocarril, teléfono, instalaciones principales  centralizadas en Colinas, los incipientes poblados de colonización, hechos sólo por la iniciativa privada, -ya que ni siquiera le dieron a la empresa las subvenciones que le pertenecían por la Ley Cambó-, las nivelaciones mínimas para iniciar la siembra del arrozal, el enorme y desproporcionado parque de maquinaria, exótica en aquel lugar, los cerramientos contra las inundaciones y la concesión de agua y de Coto arrocero para 3.000 has fueron un elemento decisivo para que se crease otra empresa la Chispalense, (Compañía Hispalense de Valoración de Marismas, S.A.) que asumiría el activo y el pasivo de Islas de Guadalquivir, S.A., que, previamente había despedido a Fisher en el ´29, como director  y en el 30 ýa habían traspasado el patrimonio y las deudas a la nueva empresa que imprimió un nuevo golpe de timón a las políticas anteriores.


Colocación de la primera piedra de la Iglesia del Carmen en Alfonso XIII, presidida por el propio Rey homónimo.

Era el 3 de Mayo de 1928 cuando el Rey Alfonso XIII colocó esta primera piedra para la Iglesia de la Virgen del Carmen del poblado de Alfonso XIII, dando con este acto otra muestra de apoyo al proyecto, ratificando su total sintonía con el mismo, que ya había demostrado un año antes con la siembra simbólica de una palmera en el mismo pueblo y acompañado entonces por los Príncipes de Gales, que también testificaban su apoyo al capital inglés invertido en la magna obra.
Este poblado, más tarde, durante la II República pasó a llamarse Villa Guadiamar y la Iglesia  todavía inconclusa fue utilizada como almacén de arroz  hasta 1944, cuando ya recupera la función para la que fue diseñada.



La vivienda habitual antes de la llegada de los ingleses. La choza de palos, eneas y castañuelas.
 Muy pocas obras de fábrica había en Las Marismas antes de 1927, solo las casas preparadas para los grandes propietarios, que las utilizaban para invitar a sus amigos a las cacerías y a la par eran lugares propicios para realizar grandes negocios mezclando vino, cacería y agradables compañías. Estos enormes latifundios con tierras ociosas, si acaso apenas algo de ganadería, continúan existiendo hasta bien entrado el siglo XX y presisamente gracias a ello, es posible llevar a cabo al proyecto del Parque Nacional de Doñana, impensable en cualquier otro lugar de Europa. Bueno de la Europa de entonces, la anterior a la Segunda Guerra Mundial, donde cada trozo de terreno apto para la explotación, estaba siendo cultivado. Tampoco hubiera sido posible un Parque Natural sobre tierras vírgenes, en Levante o Norte de España. Solo en Andalucía y Extremadura existían esos enormes latifundios, improductivos, lugares de recreo y solaz de los "grandes" de la época donde instalaban sus "picaderos particulares" ocultos a la curiosidad popular y al control familiar. Aunque, como en todos los casos, no se puede generalizar. Desde Luego los Reyes no eran ejemplo de austeridad y moralidad pues recuerdo la Casita del Labrador en Aranjuez que debía ser el faro al que miraran todos los que podían disfrutar de esas ventajas "medievales"


Grupo de peones a las puertas de su choza donde seguro dormirían y comerían todos juntos.

Esta es otra fotografía intemporal, ya que esas viviendas multitudinarias eran necesarias en una época en la que había muchos más peones temporeros que viviendas donde acogerlos, durante los años ´30 y ´40. Más tarde se crean las "gallanías", que eran grandes naves, Ya de ladrillo y teja, con un pasillo central y cuartitos a ambos lados que se llenaban a rebosar y de las que todavía se conserva alguna en el Municipio de Isla Mayor y aunque fueron construidas más adelante, el objetivo era el mismo. A pesar de ello, yo recuerdo, ya avanzados los 60, a los temporeros durmiendo en el pajar del molino arrocero, con calor, frío o lluvias, Hacían una pequeña cueva en el almear y allí se refugiaban volviendo a tapar la entrada con la misma paja extraida para hacer el agujero, con lo que quedaba un habitáculo bastante calentito, aún durante la época invernal. La fermentación de la paja procuraba la calefacción, necesaria unas veces e imposible de soportar otras. Cuando hacia mucho calor se acostaban encima de un montón de paja esparcida en el suelo. Podemos apreciar, en esta foto, que están descalzos, y por las sombras que tienen en sus rostros, debe estar hecha después de un día de trabajo y, por el numeroso grupo, sería de planta o de siega. Aunque sabemos que en las primeras experiencias las siembras fueron a boleo, ya que no conocían las técnicas del trasplante, que llevaron los catalanes de la Chispalense o los murcianos que habían buscado como colonos conocedores de cultivos de huerta y arroz, ya que tenían la visión puesta en el cultivo de este cereal, que ellos conocían bien.
En aquellas viviendas no había agua caliente, ni fría tampoco, el suelo era de tierra y los compartimentos familiares divididos por tela de sacos. Los baños en algún rincón o fuera de la vivienda en una tina o caldero grande. Claro, que tampoco era muy frecuente este lujo. Para el resto de necesidades corporales y perentorias tenían que arreglarse cada uno como pudiera, La comida, de rancho multitudinario, -vemos a las dos cocineras con el mandil puesto-, y las vituallas, aportadas por el patrón o compradas en los economatos, que no tenían nada de económicos y que fiaban la comida hasta el cobro de los sueldos, que quedaban bastante menguados tras liquidar comida, bebida, el petróleo para la iluminación y algún otro elemento necesario como utensilios y vestimenta.

Cuando llega nuestra guerra civil las tres empresas ya había dejado el gérmen de las obras de colonozación, que más tarde permitirían a R. Beca poder llevar a cabo la transformación de todas las Marismas e implantar el cultivo del arroz. 
El Instituto Cartográfico de la Junta ha editado un artículo muy interesante sobre la historia de la colonización apoyándose en una serie de "ortofotografías y más tarde fotos satelitales" para enseñarnos distintos momentos del desarrollo de las puesta en riego. Voy a subir un mapa que me parece interesante en este lugar del relato, pues aunque es un plano militar de USA, editado en 1944, nos muestra la infraestructura básica de los muros de circunvalación, para evitar las riadas periódicas y el camino principal de todas esta marisma.


U.S. Army Map M581, escala 1:250.000, editado en 1944. Detalle de la hoja 69-1. Representación de la zona de las Islas del Guadalquivir  después de las primeras transformaciones de principios del XX, en la que se aprecia su ubicación como terrenos artificializados rodeados de zonas de marisma natural.

Tenemos la mala suerte que en todas las fotos y ortofotos del Instituto Cartográfico enfocan sólo la parte central de la Isla Mayor por lo que nos perdemos parte del Norte de la Marisma y en el Sur no podemos apreciar los cambios en Cantarita,  El Italiano y Reina Victoria. Pero lo que no podamos ver lo contaremos.
Pero lo que me llama poderosamente la atención es que éste es un mapa del Ejército Norteamericano ,editado en el ´44 cuando se producen las invasiones en el Sur de Italia y en Normandía, lo único que se destacan son las dos líneas de penetración desde un desembarco en el Sur de España. El camino principal, señalado con las lineas rojas paralelas y los muros perimetrales, pintados en marrón como traviesas de tren, que serían los únicos caminos en caso de inundación. Desde luego los americanos no etaban pensando en hacer arroz y, para mi, es evidente que tenían como una opción viable un desembarco en las playas de Doñana.


No se a quienes corresponden estas imágenes pero me imagino a Plate cazando los camellos salvajes que había en las Marisma, libres desde que los soltaron a pastar, hace muchos años, los que los importaron desde Africa. Plare fue quien empezó con una seria experiencia arrocera en el 29 y los necesitaba  para los trabajos que no podía realizar a mano o con la maquinaria de la que disponía. Y estos métodos de trabajo empiezan ya a parecerse a los que 20,30,40 años más tarde utilizamos los arroceros de la Marismas. (Pero no era Plate, me dice Maribel Olivares que los camellos los cazó R. Beca en el coto en 1948)

Plate fue el primero que intentó seriamente el cultivo del arroz cómo método para desalinizar las tierras, pensando que pocos años después, esas tierras ya desaladas, podrían utilizarse para cualquier otro tipo de cultivo de regadío. Seguían equivocados y no fue hasta el tercer intento, de Ismagsa, cuando ¡por fin! los ingenieros agrónomos se dan cuenta que la  siembra continua de arroz es el único cultivo viable en esta Marisma, salada hasta el tuétano, y que su abandono es provocar el ascenso de la sal en pocos años, inutilizando nuevamente las tierras. Sólo las vetas y las playas, drenadas de forma natural, o los terrenos drenados con tuberías enterradas y comunicadas a desagües a su vez preparados para forzar la evacuación del agua son la única alternativa al arroz con riego continuo y como monocultivo.
Plate, en el 29, un año antes de la venta a la Chispalense ya había sembrado 64 has de arroz con una producción muy baja pero que demostraba la viabilidad de este cultivo y seguro que esta experiencia fue definitiva para que los catalanes entraran en el proyecto apoyando a Plate y Patry, únicos accionistas que quedaban de la empresa anteriore y convencieron a otros inversores para aprovechar la ingente infraestructura y la inercia que, tres años antes, había impreso Islas del Guadalquivir al proyecto.


Maquina sembradora de arrastre  semi-automática

A Pesar  del enorme desastre económico de 27/28 con las dos riadas y pérdidas de cosecha, la Empresa no puede hacer otra cosa que intentar su labor de siembra y parcelación para buscar capital y prestigio, con el fin primordial de especular con las acciones. Tras la denegación de las ayudas por desecación de Marismas que le pudieran pertenecer por la Ley Cambó  la deserción de los inversores es generalizada y me imagino el  enfado de los ingleses por la discriminación a su empresa, -frente a la de la margen izquierda (Cía. Marismas del Guadalquivir) que sí había recibido la subvención por las transformaciones-, que tenía una base lógica, pero tal vez ellos habían renunciado a ese derecho cuando competían con la Cía  Agrarias del Guadalquivir por el apoyo del estado a otorgarle la transformación de las Marismas y cuya empresa, competidora, sí había ofertado la renuncia a las subvenciones a cambio de ese apoyo. ¿No habían renunciado ellos también en aquellos momento y ahora pedían que se les otorgaran?
A pesar de todos los problemas internos, para facilitar la  venta de participaciones y ampliaciones  la Empresa (Isalas del Guadalquivir) se ve abocada a un sobre-esfuerzo  publicitario mostrando las labores realizadas y en curso, tanto de la siembra experimental del arroz como la continuidad de las siembras de algodón, maíz, trigo, cebada etc.
En estos momentos ya iban "a por todas" sin importar el método. No sólo vendieron casi todas las acciones sino que además emitieron unos Bono al Fundador que con algunas acciones originarias les permitía vender y seguir manteniendo el control de la empresa.
Pero la euforia desapareció pronto, -ya habían recuperado 20.000.000 Mptas, en estas operaciones bursátiles-, pero los problemas de fondo estaban latentes o a la vista y eran imposibles de esconder y el valor de las acciones cayó en picado.
En el 29 despiden a Fisher´como director gerente, e imagino sus problemas con los accionistas y especuladores con intereses distintos a los suyos, y quedan al frente las dos personas, Plate y Patry, que aguantaron todas las tormentas que atravesaron las tres compañías entrelazadas y  con una vinculación difícil de desentrañar, pero que sí permitió el cambio de Dirección y de Estrategia en cada una de ella aunque fuera el mismo proyecto desde el ´27 hasta después del ´37, cuando toma las riendas R.Beca y Cia.


Tractor Férguson con máquina segadora.


Trilladora a vapor, digo yo, aunque no lo juraría.

Fotos publicitaria de las máquinas de Holt cuya empresa es antecesora de Caterpillar, gran suministradora de  toda la maquinaria agrícola aportada en el proyecto. Les encantaban estas fotografías sensacionalistas, con varios tractores Férguson y los orugas  Caterpillar con máquinas de arrastre para roturar, drenar, desterronar, sembrar y segar e incluso cosechar, pues las primeras cosechadoras de España entran en las Marismas del Guadalquivir. 

Y llegamos a Abril de 1930 cuando la Chispalense se hace cargo de las propiedades y las obligaciones de Islas del Guadalquivir con la intención de aprovechar toda aquella enorme infraestructura de bombas, canales de riego, drenes, caminos, carreteras, vías, lineas elétricas y telefónicas, casas de capataces, jefes y peones, talleres mecánicos y de carpintería, hornos de ladrillos y la ingente cantidad de maquinaria, cuya enorme inversión había colaborado, de forma importante, en la descapitalización de la Empresa.
La nueva sociedad liderada por capital catalán imprime un importante giro a los objetivos agrícolas de la empresa y a la forma de llevar a cabo la colonización.
En lugar de insistir en la esclusividad de los cultivos de secano y algunos de riego esporádico, se inclina por fomentar el cultivo del arroz, como medio de desalar esta tierras, y tras algunos años de arroz pasarlas nuevamente al algodón, especialemente, maiz, tabaco etc. ya que estos cultivos, con riego, se daban muy bien en las vetas y playas y tenían margen de beneficios.
También la política de colonización sufre un importante cambio al evitar en lo posible la mano de obra de peón cambiándola por la de colono con la idea de comprometerlos en la transformación e ir preparandolos como futuros compradores de las tierras ya transformadas. A los colonos les va arrendando  pequeñas parcelas que pueden ir pagándolas con una parte de su producción a fin de que en 10/15 años se conviertan en propietarios.
Como disponían de una concesión de toma de aguas de 4.800 l/seg, y una autorización de siembra de arroz (coto arrocero) para sembrar hasta 3.000 has,(que habían conseguido Islas del Guadalquivir en el 29) que oblicatoriamente tenían que rotar cada tres años y aprovechando la experiencias de Plate, propician una política migratoria de hortelanos de Murcia, que también conocían de arrozales, e impulsan el cultivo que bajo su control, el primer año,  llega a cerca de 300 has. Con un rendimiento, que ellos declaran de 7.000 kgs. ha. -que, una de dos; habían cambiado el sistema de siembra de Plate (2.500 kgs/ha) por el sistema de almácigas y trasplante o estaban haciendo nuevamente propaganda para atraer más colonos a los que vender sus parcelas-. En realidad, con una buena gestión del cultivo,  no existía ningún problema para llegar a esa producción por ha. en las vetas y en las playas, pero lo normal es que sembraran superficies delimitadas por zonas o pagos, y entre las vetas y las playas está el resto de tierra que lógicamente hay que sembrar y ahí, ni de milagro, se llega a esa producción el primer año, ni el segundo, ni el tercero. Así que creo que la media que publicitan equivale al rendimiento de las mejores tierras.


Niveladora antigua, cuyo modelo modernizado se sigue utilizando hasta 1980 cuando ya empieza a ser susttituido paulatínamente por la niveladora controlada por rayos láser. Esta máquina más que para nivelar los campos se usaba para mantener los caminos llanos y debidamente "bombeados" con el fin de evitar los charcos y el deterioro de los carreteras de tierra.

Oruga con una especie de trailla de nivelación y  arrastre de tierras,

Aunque no puedo apreciar el aparato desde esta perspectiva, este artilugio debe ser el precursor de la trailla para transporte de tierra. Tiene cuatro ruedas lo que implica una estructura de enlace entre ellas y vemos unas cadenas que sirven para regular la carga y la descarga. Hoy parecen una antigualla, pero treinta años después de "esa antigualla" que servía para transportar la tierra del cerro al bajo, los colonos que sembrábamos las Marismas todavía utilizábamos los carros planos donde cargábamos los terrones de las vetas a mano y los transportábamos a los lucios o peor aun, en invierno, con agua, cuando cargábamos la tierra blanda con palas a un trineo bajo y la transportábamos al lucio, andando en el agua congelada  descalzos, pues con botas de goma era imposible andar a la par de las bestias, y una vez en el lugar de descarga la bajábamos del trineo usando la pala nuevamente.
De todas formas, cuando se inicia el cultivo del arroz en el 29, la maquinaria de que disponían les daba muy poco apoyo, aparte de arar y cultivar, el resto de trabajos tenían que hacerlos manualmente, como más tarde tuvimos que hacerlo  nosotros, pero con la desventaja que ellos, los primeros en las marismas, no eran conocedores del cultivo y nosotros los colonos arroceros valencianos teníamos un acerbo de cientos de años de laboreo en los arrozales. En todos estos temas específicos del cuñtivo del arroz entraré a fondo cuando empiece con los capítulos referentes a la modernización del cultivo, donde iré explicando paso a paso cómo se hacía antes y cómo lo hacemos ahora. Y hasta los sesenta, cuando empiezan a entrar los tractores de ruedas de goma, a los que podíamos acceder los colonos, el sistema de cultivo era muy similar al de primeros  años del siglo XX, al del siglo pasado y al de los chinos cuando descubrieron y empezaron su cultivo, hace más de 5.000 años.



Estos dos peones están escardando las colas "panicum crus-galli" en una variedad de arroz de tallo muy alto como podía ser el Benlloch que fue el primero que se sembró en las Marismas. .

Hoy estas variedades de tallo alto no se utilizan en la actualidad porque son menos productivas, más propensas a contraer enfermedades y mucho más sensibles al encamado. Conseguir con estas variedades los 7.500 kgs/ha que hemos visto reflejados en las cifras de producción de los años ´30 es una buena razón para hacer un acto de fe , pues ese era el objetivo de producción que teníamos los agricultores de Las Marismas hasta bien entrados los ´80, por lo que conseguirlos en aquellas primeras plantaciones, que me perdonen, pero no me lo trago. En cambio no me cuesta creer que en alguno de los lugares de buena tierra, buen agua y bien drenado, de forma natural, se podían conseguir esas cifras unitarias, pero muy limitadas en la superficie a medir.



Debe ser Plate contemplando a los camellos acercando las garbas a la trilladora. Pero no era Plate, los camellos los cazó R.Beca 1948 del coto. También me aclaró, Maribel Olivares, ya que la foto pertenece a la famila de su marido Pepe Beca, sobrino de R.Beca que, éste último, es el personaje que aparece en primer plano. La trilladora es una Ajuria- Victoria con la que nos tocaria trillar mucvhos años después.

Tenéis que tener en cuanta que la mayor parte de las fotos son para facilitar al lector la comprensión de lo que intento explicar, especialmente a los que no conocen las Marismas y el ambiente del trabajo que aquí se llevaba a cabo, por lo que no me preocupo demasiado de los personajes pues intento contar la historia de la evolución del arrozal en la margen derecha del Guadalquivir, lo que no me impedirá, por ejemplo, subir una foto realizada por López Egea, fotógrafo suecano, y hecha en Sueca si la faena que está realizando muestra con claridad lo que intento explicar. Claro que cuando dispongo de la que nos muestra el trabajo y en su época, la prefiero, aunque sea de peor calidad fotográfica.
Esta es una foto de "pose" ya que los camellos que recogían las garbas por el interior de los fangosos campos de arroz están colocados al reves. Las garbas de arroz las sacaban al camino y la mayoría de las veces las decargaban y subían a los carros, al borde del camino, que transportaba cientos de garbas a la garbera de una sola vez. En este caso, el sitio donde estaban cargando las garbas  y transportándolas directamente desde lugar segado hasta la trilladora, estaría muy cerca y realizaban el total del recorrido, y digo que los camellos estaban de pose porque en lugar de estar descargando junto a la trilladora están colocados como si salieran desde allí.
Lo cierto es que no tengo demasiado claro el artilugio que hay detrás, pero seguro es una trilladora donde vemos a dos personas subidas a una tarima alimentando el cilindro desgranador y una correa que debe venir de un tractor o una máquina de vapor. Junto a la trilladora, en el suelo, hay cuatro peones, dos de ellos suben garbas a los que alimentan la trilladora y los otros dos están retirando los sacos de arroz limpio de paja, que como estaba en garbas estaba casi seco y fácilemnte los podían guardar envasado en el almacén, o llevarlo directamente al molino.
Por la entrevista de Matías a Plate sabemos que esa primera siembra de 1929 fue con arroz seco sobre terreno seco, inundando posteriomente la parcela de agua. Este es un sistema que hemos experimentado muy poquísima gente en Isla Mayor, -como todo es cuestión de experiencia y esa prueba la hemos realizado pocos agricultores (en su momento explicaré con detalle)-, y que cuenta con la dificultad añadida que al sembrar el arroz en seco quedan los granos semi-enterrados entre los terrones, que mientras mayores sean peor será el resultado,  ya que al entrar el agua en la parcela este barro que está seco se desmorona y entierra los granos a distintas profundidades. Entonces sólo los granos superficiales y hasta cierta profundidad, que yo desconozco, suelen germinar. En cambio los que quedan a mayor profundidad, sufren un proceso natural, llamado "dormancia", que impide su germinación y es el mecanismo que permite al arroz y a otras gramíneas permanecer varios años enterradas sin pudrirse ni peder el poder de germinación.


Molino de 1931 en el estado que se encontraba en los ´60 y mantiene el mismo aspecto en la actualidad, salvo que ahora la esquina inferior derecha es una magnífica acera..Desde el 31 sólo se le añade la nave-almacén de la derecha,  el pequeño muelle de carga de blanco , el portón de entrada y la cerca.

Tras los cambios de orientación productiva impuestos por la Chispalense los problemas no quedan sólo  en la producción de arroz sino que lo peor venía después a la hora de comercializar.y tratar  de vender el arroz cáscara, que había que transportarlo a Levante para su elaboración.  El precio que percibían por él, los colonos o la empresa,  no llegaba a cubrir los costos de producción y no tienen más remedio que aumentar la inversión construyendo un molino, que les permita llegar al valor añadido con la comercialización del arroz blanco y, para ello, contaban al menos  con fácil acceso al río, ya que el molino lo sitúan al lado del Brazo de los Jerónimos que, entonces, tenía comunicación libre con el Guadalquivir. Esta comunicación se elimina en los 50 con la construcción del canal de ´la Comunidad de Regantes de Mínima que pasa sobre ese brazo, formando un sifón que imposiblita el paso de cualquier transporte acuático.
Y llegado a este punto me encuentro con  un par de enigmas, que no he podido resolver y que, en parte, se debe a la enorme diversidad de datos que Matias ha utilizado para elaborar sus propios cuadros de superficies y producciones anuales de los cinco años que duró el cultivo del arroz entre los años 29 al ´´33. Como no dudo ni un solo momento de la rigurosidad histórica de Matias he buscado una alternativa en el libro de Jose Gonzalez Arteaga  "El arroz en Las Marismas del Guadalquivir" pero este autor ha eludido el problema omitiendo las producciones desde 1930 a la de 1940. Pero tres de estos  años , el 31, 32 y 33 son la clave del segundo fracaso en la colonización  y a mi que me encanta leer entre lineas y  por otra parte, como no escribo un libro y menos una tesis, no me importa comprometer mi opinión y que cada uno la tome como mejor le plazca.
El primer enigma se me plantea ante la opción de los datos que ofrece la tesis de M. Drain "Les campagnes de la province de Seville·, donde describe una producción  de 7.500 kg/ha en las 3.000 has sembradas en Sevilla durante 1932, con una producción total de 12.000 Tm. Evidentemente los datos no encajan y el error debe estar en cualquiera de las tres cifras. Matias opta por aceptar como buena la cifra de producción total y disminuye la superficie sembrada a 1.600 has para que cuadren los números de su propio cuadro de producciones y superficies de los primeros años y creo que es la opción correcta, ya que pienso que las 12.000 Tm. se obtuvieron de 1,600 has en lugar de un total de 3.000 has sembradas. Vuelvo a repetir que las tierras nuevas, sembradas por primera vez de arroz, están muy propensas a quedar casi sin producción debido la salinidad del suelo y en esa campaña de 1932 unas 2700 has, del total de las 3.000 sembradas, eran de nueva puesta en riego puesto que el año anterior se sembraron sólo 300 has.
Hay otro dato que me desconcierta y es cuando Matias nos cuenta, inmerso en la entrevista a Luis Yañez Barnuevo, que la Chispalense corta el agua a mitad del cultivo  de la campaña 1932, cuando el arroz no levantaba más de 25 cts. del suelo. Es decir cuando estaban en la almáciga o plantera, como las denominamos los arroceros. Esto me inclina a creer que el banco se niega a seguir pagando la luz, ni otros gastos, en un proyecto que sabe positivamente que, en el mejor de los casos, no van a poder devolverle el dinero y obliga a la Cía. a parar las bombas en la fase de planteras, antes de realizar el gran desembolso de la planta, abonado y escarda previa de la parcela que debe recibir el  trasplante. Pero si el agua se hubiese cortado en ese estadio del arroz, en sistema de trasplante o de siembra directa, es totalmente imposible que llegue a su fase final de granazón. Ni lo era entonces ni lo es hoy que ya llevamos tierras con más de 70 años de cultivo ininterrumpido de arroz. Porque, esa imposibilidad de llevar el cultivo sin agua, hasta el final, ya no sería una cuestión sólo de salinidad sino también de resistencia de la planta a la falta de agua. El arroz en ese estadio puede durar un mes sin morir y algo más si tiene la suerte que llueva algo, pero faltarían cuatro meses para la granazón y llegar al final sería un milagro, que en esos setenta años que llevamos cultivando arroz en la Isla no se hubiese producido.  Entonces, por lógica, pienso que el agua se cortó en el 33 y algunas parcelitas cerca del río pudieron tener agua, con algún método, para mi desconocido, pero posible, y se salvaron esas 105 has.
Ese drástico corte de agua tenía además otro tras fondo más grave que era el gran descontento de los colonos con la empresa, debido a una actitud de rebeldía provocada por el impago de salarios (la mayoría de los colonos eran, además, peones fijos) y un trato que consideraban denigrante, que algo de verdad tendría, pero, que también estaba alimentado por un sentimiento antipatronal de la época. Se sumaba a todo ello los movimientos, a nivel nacional,  en defensa de la Reforma Agraria que en este caso estaba sustentado por el enorme latifundio, que tras el 33 era totalmente improductivo.. Las Marismas no se libraban de las huelgas y enfrentamientos buscados por la extrema izquierda y los anarquistas que querían una República Democrática al estilo bolchevique. Acabar con las dictaduras de Derechas y los Reyes absolutistas para imponer una dictadura del proletariado, que es mucho más ineficaz económicamente e injusta socialmente que las depuestas. Pero eso si, iguala a la gente, arras de suelo, pero los iguala.
Con la enorme tensión social  durante muchos años larvada, el paro obligado por el cierre de los riegos debió crear un estado de conflictividad incontrolable. Quemaron el Molino Arrocero, levantaron parte de las vías, arrasaron la red telefónica y asaltaron cuanta maquinaria estuviera en un lugar poco seguro. Esto traería consigo la intervención de la Guardia Civil, -que si a finales de los ´50 cuando los vi en una cola del cine de verano pegando vergajazos a diestra y siniestra, por unos empujones entre alguno de los presos políticos que allí vivían con nosotros-, no quiero imaginarme la violencia que ejercerían contra una plebe violenta y descontrolada que además iba cometiendo salvajadas. Y menos mal que la represión venía de un Gobierno democrático de izquierdas, porque de lo contrario la Guerra podía haber empezado antes. Seguro que les sobraban razones para las protestas, que no para los actos vandálicos que cometieron, pues en aquellos momentos la gente de los  pueblos y diseminados pasaban hambre, sufrían enfermedades endémicas de la zona, sin médicos ni ambulatorios, sin sueldo y sin alternativas en muchos kilómetros a la redonda y se revolvieron contra la Empresa que era culpable, pero no en exclusividad. Por lo menos esos inversores habían arriesgando un dinero para desarrollar un proyecto. Dinero que perdieron y a pesar de ello quedaron como explotadores. Los exaltados estaban siendo utilizados por otras fuerzas políticas con unos intereses distintos a los de solucionar sus problemas personales.
Como tampoco la empresa tenía muchas alternativas, -aunque no comprendo muy bien porqué no intentaron sembrar en secano como en años anteriores-. Posiblemente no se atrevieran a enfrentar a los anarquistas, soliviantando las masas en su contra con el peligro de que ardieran las máquinas en el campo y más tarde las mieses y se les quedase el algodón en el campo con las huelgas previstas.
En consecuencia optaron por arrendar sus tierras para la ganadería como antaño y buscaron salir lo más airosos posible de este Segundo Desastre pasando todo el patrimonio a otra empresa creada "ex-profeso" para esta operación financiera y burlar los compromisos con "Hacienda"-, con el nombre de Isla Mayor del Guadalquivir, S.A. "Ismagsa", con la que habían realizado una hipoteca de 20.000 has, indeterminadas, garantizando una ampliación de 20 Mptas. y que al ejecutarla, Igmagsa se convirtió en dueña de unas 45.000 has del total inicial de 60.000, pues las demás se habían quedado en el camino con otras hipotecas, embargos y ventas.
La tensión social continuó y llegaron a realizar una manifestación ante el Gobierno Civil de Sevilla, hasta donde caminaron por no tener medios de transporte, y consiguieron la intermediación del Gobernador que financió la comida y el transporte de vuelta. Pero también ordenó a las Fuerzas de Orden Público que impidiesen este tipo de manifestaciones. Al poco tiempo era depuesto y entró otro Gobernador que también hizo de intermediario entre colonos, peones y patronos para conseguir que se les pagasen  los sueldos atrasados. Y durante esa pequeña guerra comarcal se desató la Guerra Civil con El Levantamiento Militar del 18 de Julio del ´36.
Queipo de Llano se hizo con el control militar de Sevilla y jornaleros y colonos abandonaron las marismas, pues se les planteaba un problema mayor que el hambre; la muerte y la Chispalense se quedó sin peones ni colonos y sin la posesión de las tierras ya que fueron ocupadas por el ejército, quedando el domicilio social en Madrid y la administración en Barcelona.
Para llegar a una rápida conclusión os aconsejo que repaséis las negritas, en cursiva, que os irá dando las claves de las causas básicas de cada fracaso.


Esta es una fotografía reciente, que aparte de la belleza de los flamencos la he subido al final porque nos muestra  dos de los últimos barracones redondos que quedan de todos los que hicieron los ingleses. Estaban diseminados por el campo e imagino que servían para todo. Vivienda, herramientas, almacén etc.